6 Al producirse aquel ruido la Parentela se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada individualidad en su propia jerga.No hay resquicio para echar nulo en cara, ni para la amargura, ni para una posible pérdida de confianza. Todo lo contrario: es un perdón que no solo cura la herida y limpia la mancha del pecado, si no que regenera,